sábado, 17 de abril de 2010

RAFTING

Con tanta agua que desciende por los regazos de las montañas colombianas es natural que existan muchos escenarios para la práctica del emocionante deporte de aventura llamado rafting, una disciplina de orígenes remotos en el sur de África, pero que en Colombia es relativamente nueva.

¿Qué significa hacer rafting?

La palabra rafting se deriva de la raíz raft que significa balsa (en español su nombre es canotaje) y consiste en desafiar la fuerza del agua de los ríos cuando bajan a bordo de unas embarcaciones neumáticas en las que un grupo de navegantes rema y lucha por no dejarse doblegar por los rápidos que se forman en las corrientes. Dichos rápidos se clasifican por clases de I a VI, dependiendo de su fuerza.

En esta escala, el rápido clase I es el más suave, indicado para principiantes, quienes incluso pueden sortear sin contratiempos hasta los rápidos clase III. Las categorías IV a la VI son de alta exigencia y su desafío está destinado exclusivamente para expertos porque el margen de error es mínimo y, así mismo, las posibilidades de rescate.

En Colombia abundan los ríos de aguas blancas, como suelen calificarse las corrientes especiales para este deporte

¿Dónde hacer rafting en Colombia?

De las posibilidades con las que cuentan los aventureros, se destacan: el río Magdalena, a la altura del municipio de San Agustín (Huila); el río Negro, en Cundinamarca; el río Barragán, en el departamento del Quindío (Triángulo del Café) y los ríos Suárez, Chicamocha y Fonce en el departamento de Santander. Estos últimos son, quizá, los más buscados por deportistas extremos de Colombia y del exterior.


Hacer rafting en el río Magdalena cerca al municipio de San Agustín, 540 km al sur de Bogotá, es, además de participar de la aventura, la oportunidad de estar cerca de parajes naturales de notable esplendor como el Macizo Colombiano y la posibilidad de conocer acerca de la milenaria cultura que dejó uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo concentrado en el Parque Arqueológico de San Agustín y en varias zonas de influencia cercanas.



Los rápidos

En el descenso de ríos existe una clasificación internacional ampliamente aceptada para clasificar los ríos según su grado de dificultad al navegarlos.

  • Aguas planas. Se refiere a cuerpos de agua cuya superficie es prácticamente plana, sus remolinos, huecos y olas son despreciables.
  • Clase I. Muy fácil. Aguas casi planas, muy poco turbulentas con olas pequeñas. Totalmente navegable.
  • Clase II. Fácil. Aguas un poco turbulentas con huecos y hoyos de no más de 25 centímetros, remolinos pequeños sin peligro alguno para un nadador.

A partir de aquí se consideran ríos rápidos, de aguas blan

cas o de aguas bravas.

  • Clase III. Intermedio. Aguas turbulentas con huecos y olas medianas de no más de un metro, remolinos de cuidado para un nadador y de alguna consideración para una embarcación. La navegación requiere buena técnica y conocimiento del río. Existen algunos pasos técnicos de atención.
  • Clase IV. Difícil. Aguas blancas muy turbulentas pero predecibles. Huecos y olas de hasta dos metros, remolinos considerables para una embarcación. Pueden existir cascadas de consideración. La navegación requiere muy buena técnica y conocimiento del río. Existen pasos estrechos que requieren maniobras técnicas complicadas.
  • Clase V. Experto. Aguas blancas muy turbulentas poco predecibles con olas y huecos de más de dos metros. Remolinos y cascadas de peligro. Requiere un grado de técnica experto y muy buen conocimiento del río. Necesidad de maniobras extremadamente técnicas.
  • Clase VI. Extremadamente difíci l o no navegable. Se considera muy difícil o imposible de navegar.

Todo río rápido no tiene una misma clase en toda su extensión, sino que posee una sucesión de tramos de distintas clases. Un río o un tramo del mismo se considera de la misma clase que su rápido más difícil. La mayor parte de la actividad en descenso de ríos se realiza en las clases III y IV, quedando las clases II e inferiores en la categoría de navegación general en la que otras embarcaciones, técnicas y equipos son utilizados. Los ríos de clase V son abordados únicamente por expertos.

Hidrología

Los ríos de aguas turbulentas o ríos rápidos tienen características peculiares que todo buen practicante del descenso de ríos debe conocer. Los más conocidos son: eddy, hoyo feliz, hoyo t riste, hoyo en "Vy" y hoyo en "Vy" inveritida.

Seguridad y equipo

Por la naturaleza de la actividad se requiere un estricto apego a la técnica, al equipo y a la seguridad. El adecuado uso del equipo y el conocimiento de las técnicas básicas de remado y rescate es indispensable aún cuando se va con un guía experto o con una compañía de descenso de ríos.

Equipo


Equipo personal de guía.
1. Casco
2. Chaleco salvavidas
3. Calzado apropiado.
4. traje de neopreno.
5. Cabo extensible de emergencia.
Cuchillo para río, no mostrado.
  • Embarcación y remos especializados para descenso de ríos.
  • Un guía, también llamado timonel, posee experiencia y conocimientos sólidos de los rápidos de acuerdo a la clase de río por recorrer.
  • Equipo personal: chaleco, casco, ropa y calzado adecuados, en casos necesarios, un traje de neopreno.
  • Equipo colectivo adicional: cuerdas de rescate, bolsas secas, alimentos y bebidas, bomba de aire, anillas y botiquín.
  • Equipo adicional para timonel: silbato.
  • Equipo personal adicional de seguridad y rescate: cuchillo para río, cinta extensible o cola de va ca y arnés.

Técnica

Toda persona que realiz

a descenso de ríos debe conocer como mínimo las siguientes técnicas:

  • Voces básicas de remada y su ejecución: "adelante", "atrás", "derecha", "izquierda", "piso" y "alto"

además es indispensable saber que hacer en caso de "lado alto" para evitar voltearse o evitar caídas.

  • Uso correcto del equipo básico personal: casco, chaleco y remo.
  • Que hacer en caso de caer al agua o cómo ayudar a un compañero que ha caído al agua para incorporarse a la embarcación.

Todo guía de una embarcación para descenso de ríos domina los siguientes aspectos técnicos:

  • Conocer muy bien el manejo de todo el equipo de descenso de ríos.
  • Saber "leer el río", es decir interpretar adecuadamente sus turbulencias: olas, hoyos, remolinos, etc., para así dirigir la embarcación por los lugares adecuados.
  • Conocer las señales básicas de comunicación.
  • Saber las técnicas de rescate, tanto de personas como de embarcaciones.
  • Al caer al agua, saber moverse dentro del rápido y autoreincorporarse a la embarcación.

Señales

Existen ciertas señales visuales indispensables para la comunicación en los rápidos, ya sea entre personas o entre embarcaciones. Las principales son:

  • Hombre al agua.
  • Alto.
  • Adelante.
  • Reunión. Se utiliza para dos o más embarcaciones.
  • Peligro, se requiere orillarse o extremar precauciones.

Una buena medida de seguridad adicional es no navegar solo, siempre es recomendable descender un río en grupos de dos o más embarcaciones.


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